domingo, 14 de octubre de 2018

Experiencia.

No se suele esperar,
es cortesía de la vida,
que te enseña
y no te da rosas por cada acierto
sino espinas por cada error.

Y así somos,
vamos acumulándolas
poco a poco,
y necesitamos encontrar a alguien
con la misma cantidad
ni más, ni menos.
Si no al abrazarnos,
nos haremos daño...

Y ya qué más da,
si buscamos como hacérnoslo.

Suele ser por estos días,
cuando Octubre toca mi ventana,
que sé que consigo trae a Soledad,
ella tan bonita siempre sola bailando...
siendo dueña de mí sin saberlo.
Obligándome a obedecerle,
sobre mí, y no queriendo...

Y qué dura la vida,
que nos quita aquello
a lo que así llamamos,
creyendo que es nuestro oxígeno,
nuestro pilar...

Qué inocencia sigue habiendo en vosotros,
porque la mía se la llevaron.

Ahora sé que debo de ilusionarme menos:
con cada sitio que alguien me enseñe,
y no pensar que es especial para ambos;
con cada película que contigo vea,
y no pensar que es especial para ambos;
con tu corazón... que me lo enseñas,
y yo, que dejé que te acomodaras en el mío
sabiendo que ninguno de los dos,
a la vez
podíamos ser ambos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De mí para mí.

Hace tiempo no tenía la sensación de ahogarme en un vaso de agua, ni de tener un nudo constante en el estómago. Hacía mucho que nada me quit...